La obra de Leandro Allochis se enmarca dentro del procedimiento del tableaux vivants, recuperado por la fotografía conceptual como herramienta para debatir sobre los paradigmas de representación y realidad entorno al retrato y la identidad. Sus cuerpos fotografiados dan cuenta de las tecnologías y mitologías que atraviesan los rituales y visibilidades de la corporalidad contemporánea. Los cuerpos son presentados como geografías y mapas particulares de identidades cada vez más plurales, complejas y transitorias. Fotografías de transmuta sus formas y funciones biológicas para volverse cuerpo cultural, una metáfora y laboratorio de hibridaciones y recreaciones de arquetipos fundantes, con la posibilidad de producir sujetos tan múltiples como fragmentarios.
El cuerpo como parte de las prácticas históricas de selección, regulación y jerarquización de los cuerpos por parte del poder. Partiendo de la tradición del retrato militar, como materialización de los mecanismos mediante los que el poder marca, adoctrina, ideologiza y uniforma los cuerpos, se abren preguntas sobre el lugar de la identidad en la representación ¿Quién construye los modelos de cuerpo que reproducimos al fotografiarnos? ¿Qué tipologías corporales recreamos en nuestros retratos? ¿Son nuestras fotos un registro de nuestra identidad o una teatralización de los modelos creados por el poder?
Los modos en que los cuerpos y sus representaciones han sido reguladas por el poder desde las instituciones científicas, religiosas, educativas y militares hasta la publicidad y la industria del entretenimiento, erigen al retrato como un artefacto que contribuye a consolidar la lógica clasificatoria como formas de ejercer el poder sobre los cuerpos. Por lo que la representación no solo sirve para mostrar a los cuerpos sino también para determinar qué tipologías son aceptables para la cultura dominante, como práctica normalizada de segregación y ejercicio del poder.