Azul van Peborgh nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, en 1995, donde vive y trabaja actualmente. Es Licenciada en Artes Visuales por Chelsea College of Arts, University of the Arts London, UK (2016- 2020). En esos años cofunda el colectivo de arte Young Modulus, con un grupo de artistas jóvenes, y participa en exposiciones tanto de la universidad como en muestras por fuera de la institución. Fue nominada por la universidad para el premio Freelance Foundation Painting Prize, London, UK. En 2020 recibe el premio y programa de dos años ACME STUDIOS que rechaza para volver a vivir en la Argentina. En 2021 gana la Beca Creación del Fondo Nacional de las Artes y queda seleccionada para la Bienal de Arte Joven 2022, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, Argentina. En 2022 participa en +Feria de arte Santa Fe, Argentina y hace su primera muestra individual, Chupo una piedra, en la galería TokonOMa. También es seleccionada para el Premio Salón Nacional de Artes Visuales y el Premio 8M en el Centro Cultural Kirchner, Buenos Aires, Argentina. También se formó en el programa de artes visuales Manglar, coordinado por Andres Labaké.
"Entre el horizonte y yo hay un sin fin de interferencias. Mi pregunta madre es: ¿Qué es la representación de un territorio? Y viceversa ¿Cuál es el territorio de la representación? Veo el mundo hecho de líneas y trabajo la abstracción como un espacio de pura potencia. Mi herramienta de trabajo es una línea de tres centímetros que repito infinitamente para construir territorios artificiales, en tránsito, pixelados, un patrón posible de otro lenguaje, y un espacio para explorar la escritura, el tiempo, el movimiento y la memoria. Exploro el paisaje como una criatura sensible y voraz, como una entidad incompleta y precaria. Pintar un paisaje es como escribir una carta. Trabajo el trazo como un código y como el estado más embrionario que existe en donde no estamos en contacto con las asperezas. La pintura es un paisaje desocupado en el que siempre estoy sola y recupero el gesto, que aparece y reaparece a cada instante, como un horizonte, inestable, poco seguro, poco duradero. Creo que alzar la mano con una herramienta artística es una mano que se viene alzando hace 45.500 años y que es un movimiento tan repetitivo que se podrían crear obras de danza inspiradas únicamente en este movimiento tan inquietante", Azul van Peborgh.