Nació en Buenos Aires, en 1986. Es Licenciada en Artes Visuales con orientación en dibujo (UNA). Paralelo a sus estudios frecuenta el taller de Lula Mari. Del 2013 al 2015 asiste de forma oyente al atelier de Dibujo con Figura humana y Morfología a cargo de Philippe Comar y Valèrie Sonnier dictado en la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts de París. En 2022 recibió una mención en Pintura en el 110° Salón Nacional de Artes Visuales. Exposiciones individuales: La belleza de lo incierto, Galería Alejandro Bustillo, Buenos Aires, 2022; De cómo construir el propio refugio, Galería Espacio Ftalo, Buenos Aires, 2020; La forma del vacío, Biblioteca del Congreso de la Nación, Buenos Aires, 2017; Invisible, Maison de l'Argentine, París, 2015.
"¿Cuánto pesa una fuerza en reposo? ¿De qué manera represento un cuerpo cayendo? ¿Cómo se esconde algo en una nube? ¿Es posible definir un color profundo y oscuro sin que se vuelva denso? ¿Cuál es el nivel de apertura que necesita un color, una luz? Pintar es habitar ese no saber, es estar en la pregunta y mediante el tanteo de la intuición darle una forma matérica a lo que me interpela. Entonces pruebo, armo, elijo, entiendo cómo funciona algo, lo incorporo, dudo, siento que lo pierdo, dejo de entender, confío en que esa información quedó en algún lugar adentro mío, vuelvo a insistir, permanezco. El dibujo, dice Balthus, “traduce algo que proviene del interior de uno, y que va al encuentro con lo real. Ayuda a leer la estructura profunda de las cosas”. De esa necesidad surge la fuerza vital. Entiendo que aquello que quiero pintar son esas fuerzas, afectos o estados emocionales que se me presentan en el cotidiano, creando una imagen que los represente, una pintura que les dé un cuerpo. Y si como hay deseo hay territorio, el deseo es la certeza de querer hacer eso que no se deja captar, que escapa a la definición, que no sé muy bien qué es ni para qué. Es insistir por eso que pulsa, que ritma. Es ese no sé qué que insiste, que late y hace que exista. Las líneas de sentido están en ese latir, porque el sentido se va construyendo mientras pinto, y no al revés", Majo Caporaletti.