"Pinturas instaladas como eventos escénicos temporarios cuestionan las dimensiones reales, distorsionando sus límites e invitando al espectador a ingresar en una nueva narrativa. Reflejos blureados, escenas facetadas, espejos pintados que muestran más y más espejos pintados, discontinuidad, anamorfismos, volúmenes que no existen y otros que se repiten infinitamente. Cada pintura propone un escape. El espacio se vuelve un metaverso, un metaverso analógico a través del engaño pictórico. La ilusión como modo de ver y los puntos de vista como plataformas desde donde elegimos pararnos para observar la realidad cambian habilitando nuevos desplazamientos", Daiana Martinello.