"Busco visibilizar una sociedad anestesiada por los medios y las tecnologías contemporáneas. Me interesa registrar la angustia y melancolía de una generación, las interacciones frívolas que solo quedan en la red, el universo virtual como nuevo territorio, la eterna búsqueda de aprobación y de una identidad propia. Creo escenografías posibles, de espacios ficcionales, donde un tiempo actual y efímero convive con uno pausado que remite a la historia de la pintura. Los personajes que habitan estas arquitecturas metafísicas son jóvenes, Millennials, que recrean su personalidad en las selfies e intercambian comunicaciones satinadas. Son ajenos a ellos mismos y a su entorno; espejo de una generación posmoderna que rinde culto a la imagen y al simulacro", Belén López De Carlo.