“Trabajo con materiales al agua sobre papel. Me gusta esa cualidad suya de ser liviano y receptivo porque entonces el pincel puede deslizarse con la fluidez del color aguado. Me interesa la superposición de la línea como medio para encontrar intensidades, transparencias y nuevos colores. La pincelada rítmica va generando esas tramas vibracionales en un juego de complicidad entre el color y el ojo que cree ver movimiento en la quietud”, Liliana González.